Artículo 17: «Paradise»: alemán en futuro imperfecto.

Por la Traductora Pública y Abogada Mariana Prandi.

Paradise es una película alemana de suspenso y ciencia ficción de 2023 dirigida por Boris Kunz.

En un futuro no demasiado lejano, una empresa llamada “Aeon” ofrece intercambiar tiempo de vida por euros. O sea que los pobres pueden sacrificar años para obtener los bienes materiales que tal vez no habrían tenido, ni siquiera trabajando por ese mismo tiempo, y los ricos, que darían todo por ser capaces de vivir más.

La película empieza con una publicidad en la que se ve a personas disfrutando su vida con el dinero que obtuvieron “donando” (como ellos lo llaman) años de sus vidas.

El slogan es:

Deine Zeit. Deine Chance. Deine Wahl.

Tu tiempo. Tu oportunidad. Tu elección.

Max, el vendedor estrella ya negoció 276 años y no siente ningún remordimiento por aprovecharse de las circunstancias complicadas de quienes no ven una salida digna posible para sus futuros. Igual, sabe que no todo el mundo coincide con su opinión, porque usa ropa especial para protegerse de lo que le arrojan los manifestantes que protestan fuera de la empresa.

Y también existe una organización llamada “Adam” que comete actos terroristas con la excusa de proteger al ser humano, porque quienes hacen de la vida una mercancía, hacen de las personas una mercancía.

Todo parece fluir sin problemas para Max, a pesar de las objeciones contra la empresa, hasta que un incendio destruye su casa y su novia se ve obligada a “donar” 40 años para que no caigan en una ruina financiera. Se terminan los sueños de tener hijos y envejecer juntos.

Su novia es sometida al tratamiento y envejece de un día para el otro.

La película tiene numerosas referencias al tiempo. La empresa se llama “Aeon”. En geología, la palabra “eón”, como el nombre de la empresa, es la unidad de tiempo geológico equivalente a mil millones de años.

Además, la hija de la presidente de la empresa falleció por progeria, una enfermedad que hace que las personas envejezcan de forma acelerada.

En el futuro distópico de Paradise, los médicos son demasiado jóvenes, lo que hace pensar que ellos también compraron tiempo y los narcotraficantes son niños. Parecería que todos los que tienen poder pueden rejuvenecer. Por eso es raro que la presidente de Aeon no sea precisamente joven. ¿Será que la donación forzosa de la novia de Max tiene algo que ver con el incendio?

Surgen varias situaciones que llevan a la reflexión. Entre otros, el abuso a los desprotegidos como pobres, refugiados, niños… qué habría pasado si personas importantes para la sociedad que fallecieron jóvenes hubiesen vivido muchos años, o si es mejor vivir muchos años o valorar los que se tienen.

Es también interesante pensar en la concepción mercantilista que se tiene del tiempo. En inglés, se utilizan los mismos verbos para referirse al tiempo y al dinero: “Spend”, “waste” y “save”. Y el lema de mucho “Time is money” (el tiempo es dinero) o la importancia de valorar a quien nos da su tiempo, porque esa persona da algo que no va a poder recuperar. Al menos no puede hacerlo fuera de la película Paradise.

La experiencia muestra que viajar hace aprender acerca del lugar donde uno vive más que sobre el lugar que uno visita. Pasa lo mismo con la ciencia ficción. Una sociedad del futuro nos hace ver mejor los problemas de la sociedad actual.

Paradise está recomendada sólo para mayores de 16 años por contenido sexual y lenguaje vulgar. Se puede encontrar en Netflix. ¿Ya la vieron?

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