21 de febrero: Día internacional de la Lengua Materna
Escrito por la Traductora Pública y Abogada Mariana Prandi.
Desde el año 2000, el día 21 de febrero se celebra el día internacional de la lengua materna por iniciativa de la UNESCO.
En consecuencia, y en virtud de su importancia, en este artículo nos gustaría examinar una serie de ejemplos que muestran gráficamente cómo la lengua materna moldea nuestra capacidad para ver el mundo, contraponiendo las visiones de hablantes de inglés y de lenguas latinas. No vamos a mencionar en esta ocasión la existencia de palabras que designan situaciones u objetos que no existen en otros ámbitos, como los esquimales y las distintas categorías de hielo.
Para empezar, a un anglófono nativo no se le ocurriría jamás atribuir género masculino o femenino a las cosas, como le viene dado a los hablantes nativos de español, francés o italiano, por nombrar sólo a algunos.
En concreto, cuando un anglófono necesita usar ciertos objetos para ver mejor, no atribuye a dichos objetos el género masculino de “anteojos” ni el femenino de “gafas”, sino que los considera cosas, que si fueran singulares llevarían el pronombre “it” o “they” cuando son plurales, ambos de género neutro cuando los menciona.
Y todo eso sin siquiera mencionar que hay infinidad de sustantivos con géneros distintos de acuerdo al idioma que uno hable. Es decir, lo que en español llamamos “la cama”, en francés es “le lit” y en italiano “il letto”.
Y ni que hablar de que cuando esos sustantivos tienen géneros, por supuesto van a necesitar adjetivos que se adapten no sólo en género, sino también en número, como tampoco pasa en inglés. Por ejemplo, un niño, una mujer, un gato, dos señoras y dos cuadros pueden -todos ellos- llevar el adjetivo “beautiful”.
Otro ejemplo se da en cuanto a los verbos. En inglés no hay que conjugarlos con terminaciones especiales para cada una de las personas, como recordarán (tal vez en sus pesadillas) quienes tuvieron que estudiar latín, y a partir de él, sus lenguas derivadas.
Sin embargo, el inglés tiene una sorpresa para quienes aprenden la teoría de los verbos en inglés: un tiempo de verbos que une el pasado con el presente, porque tiene consecuencias o resultados que subsisten. No necesita marcadores léxicos para enfatizar que la acción continúa en el presente. Y estaríamos cometiendo un error si lo traducimos literalmente.
El tiempo verbal “present perfect” es una de los primeros temas que, se entienda o no la teoría, más de una persona se queja porque no encuentra la necesidad para utilizarlo. Lo mismo sucede con los auxiliares “do” y “does” en el presente simple.
De todo lo mencionado surge la importancia de detenerse al menos un día a reflexionar sobre la lengua materna.
El objetivo de conmemorar el día de la lengua materna es “…celebrar estas formas de expresar el mundo en su multiplicidad, comprometerse con la preservación de la diversidad de las lenguas como patrimonio común y obrar por una educación de calidad –en la lengua materna– para todos”, como expresa Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO en un mensaje difundido al respecto.
En conclusión, más allá de una enumeración aleatoria de casos pintorescos con sustantivos o verbos, el solo hecho de que alguien sienta la necesidad de usar una estructura gramatical al hablar y que la otra ni sepa que dicha estructura existe, deja en claro que se trata de diversidad que hace a la persona en su integralidad, y que es muy importante tomar conciencia y respetarla en todos los momentos de la vida. Por ejemplo, es esencial que los niños tengan acceso a la educación en la lengua que mejor hablan, para lograr un mayor desarrollo de todas sus potencialidades y que los adultos puedan encontrar un ámbito adecuado para expresar su diversidad cultural.
La desaparición de una lengua constituye una pérdida irreparable. Dedicar un día, como hoy, para reflexionar sobre ello es el primer paso. Esperemos sea el primer paso de muchos…