por la Traductora Pública y Abogada Mariana Prandi.
La Advertencia Miranda y las garantías del proceso penal en EE.UU.
En EE.UU., la policía debe informar a quién haya sido detenido que no tiene la obligación de confesar. Se comunica al detenido que tiene derecho a callar y que todo lo que diga puede ser usado en su contra. También tiene derecho a llamar a un abogado y se le pregunta si entendió la advertencia. Puede renunciar a dichos derechos voluntariamente, siempre y cuando sepa lo que ello implica.
La Advertencia Miranda se llama también “Reglas Miranda”, “Derechos Miranda” en español y “Miranda warning”, “Miranda ruling” o “Miranda rights” en inglés. Forma parte de un procedimiento de rutina para proteger el derecho de los acusados a no declarar contra sí mismos. Se originó como consecuencia de un hecho delictivo en el que el imputado confesó sin saber que tenía la opción de no hacerlo.
Ernesto Arturo Miranda fue originalmente declarado culpable de secuestro, violación y robo con uso de armas por su propia confesión durante el interrogatorio policial. La Corte Suprema revocó la condena inicial porque Miranda no se defendió correctamente por no conocer sus derechos, en este caso, su derecho a no confesar.
El hecho tuvo lugar en Arizona en la madrugada del 3 de marzo de 1963, cuando Lois Ann Jamenson fue secuestrada cuando volvía de su trabajo por un hombre en un auto verde. Una semana después, el cuñado de Lois Ann vio un auto verde cerca de la casa y le dio el número de patente a la policía. Así fue como se imputó a Miranda, que confesó.
La Corte Suprema se expidió el 13 de junio de 1966 en la causa «Miranda contra Arizona». Es el precedente donde se protege el derecho constitucional a no auto- incriminarse, garantizado por la Quinta Enmienda a la Constitución Nacional de los EE.UU.
La quinta enmienda fue sancionada para proteger a las personas contra el abuso de autoridad del Estado. La constitución original no contenía artículos que protegieran los derechos de las personas en relación con el Estado. Es por eso que en 1791 se aprobó “La Carta de Derechos” (“Bill of Rights”) que comprende las diez primeras enmiendas, o sea, la declaración expresa de los derechos de los ciudadanos.
Las enmiendas protegen, entre otros, la libertad de expresión, prensa, religión y, una de las más controvertidas, a portar armas.
En cuanto a su influencia en el idioma, en el lenguaje policial existe el verbo “mirandize” para referirse a cumplir con la lectura de la advertencia Miranda y la frase “I take the fifth”, que se puede traducir como “me amparo en la quinta (enmienda)” cuando alguien no quiere hablar porque implicaría confesar algo perjudicial en su contra.
Como dato interesante, se puede decir que la advertencia Miranda y las enmiendas a la Constitución son tan conocidas en la cultura popular de los EE.UU., que es muy común encontrarlas en escenas de películas y series, cada vez que se llevan detenido a algún personaje.
Por ejemplo, en la película de 1993 “A Bronx Tale”, dirigida por Robert de Niro (conocida en Argentina como “Una Luz en el Infierno”), en un barrio bajo la influencia de gangsters, un niño se va a confesar y el sacerdote le pregunta si conoce “el quinto” refiriéndose, obviamente, al quinto mandamiento: “No matarás”. El niño le responde con el texto de la garantía de no declarar contra sí mismo, al confundirlo con la quinta enmienda.
En lo que respecta al hecho delictivo que originó la advertencia, el fallo de la Corte Suprema no significaba que Miranda fuera inocente, sino que condenarlo por la mera confesión era violatorio del debido proceso penal.
Tan es así que en un segundo proceso, que no incluía la confesión pero sí pruebas suficientes, Miranda fue condenado a 20 años de prisión. Salió en libertad después de 11 años.
Miranda murió apuñalado en una pelea en un bar en 1976 a los 34 años. Irónicamente, lo mismo que lo había dejado en libertad la primera vez, hizo que su homicidio quedara impune: el sospechoso de haber apuñalado a Miranda se amparó en la advertencia de ese nombre para no declarar contra sí mismo y quedó libre después de unas pocas horas.